Una lectura para compartir

El día más bello?... Hoy.
La cosa más fácil?... Equivocarse.
El obstáculo más grande?... El miedo.
El mayor error?... Abandonarse.
La raíz de todos los males?... El egoísmo.
La distracción más bella?... El trabajo.
La peor derrota?... El desaliento.
Los mejores profesores?... Los niños.
La primera necesidad?... Comunicarse.
Lo que más hace feliz?... Ser útil a los demás.
El misterio más grande?... La muerte.
El peor defecto?... El mal humor.
La persona más peligrosa?... La mentirosa.
El sentimiento más ruin?... El rencor.
El regalo más bello?... El perdón.
Lo más imprescindible?... El hogar.
La ruta más rápida?... El camino correcto.
La sensación más grata?... La paz interior.
El resguardo más eficaz?... La sonrisa.
El mejor remedio?... El optimismo.
La mayor satisfacción?... El deber cumplido.
La fuerza más potente del mundo?... La fe.
Las personas más necesarias?... Los padres.
La cosa más bella de todas?... El amor.
Beata Teresa de Calcuta

Como un vaso de leche

Imágenes para hi5


Era de noche,había terminado la jornada y decidí prepararme un té. Mi familia ya se había acostado, y por razones de la actividad del día, yo seguía levantada aún.
Cuando estuve en la cocina decidí, no se porqué razón,cambiar el té por un vaso de leche tibia. Y así fue, con el vaso de leche entre mis manos, me senté al lado de la estufa a leña,dispuesta a sentir placer,cuando me vino a la memoria el primer suceso del día: la muerte inesperada de un alumno. Recordé su rostro desencajado de una compañera que preguntaba:-¿Es nuestro Julio?.También recordé los ojos llorosos de otra compañera,como así también el silencio de otra que no se animó a decir palabra alguna...
Como el rostro patente de Julio ,también recordé a otros alumnos que conocí en mis cortos once años de carrera. Sus nombres, sus caritas y sus características,grabadas en mí como a fuego. Y ahí estaban: Jorge,Alba,Abigail y Julio, presentes en mi memoria. Rompí en llanto, sin saber porqué, si solo eran mis alumnos, y sí' eso es, "alumnos": hijos de la vida.
Fueron parte de la acción de cada día que demanda nuestra profesión. Comprendì que valió la pena dedicarles lecturas a sus escritos,miradas ,sonrisas y tiempo,porque ése era el momento en que lo necesitaban.Como el vaso de leche tibia,y como el vaso de leche tibia que toman nuestros alumnos en el patio de la escuela. Me pregunté:¿Qué tan importantes fuimos en sus cortas vidas?.¿Qué huellas hemos dejado en ellos con nuestras clases?...Tal vez conocieron los planetas con nuestras ciencias naturales, o jugaron a ser cajeros de un supermercado con nuestra matemática, o viajaron a la Antàrtida en ciencias sociales o a otra galaxia en un cuento de ciencia ficción en lengua.¡ Cuántas cosas yo creí que en el aula no tenían sentido! Comprendi que sí vale la pena un cuento fantástico, el chiste y la anécdota; siempre que lo hagamos con un objetivo que va más allá de lo Conceptual, lo Procedimental y lo Actitudinal, o la evaluaciòn y la nota, sino el objetivo del AMOR. Eso es más profundo y no admite mediciòn alguna.
Se que nuestra carrera a veces se enfría , como el vaso de leche que se me enfrió en mis manos, pero está en nosotros volverla tibia todos los días. Y así me levanté al otro día , tibia y en precalentamiento para las actividades del día; hasta que una compañera puso en mis manos una hoja y una birome para que escribiera algo y recordarlo en el diario. Traté de buscar las mejores palabras en mi memoria, las de un autor o las de un poeta y no podía escribir nada, ni siquiera esas que anoté en una reunión institucional o en un curso . Entonces busqué palabras en mi corazón y pude escribir lo que nunca creí decir para un alumno.
Es por eso colegas que sentí la necesidad de comentarles cuánto aprendí de estos chicos y cuánto aprendo de los alumnos de hoy. Que pienso, que los libros y las capacitaciones nos servirán en la medida que miremos a nuestros alumnos con los ojos de nuestro corazón ; y que ante todo, actuemos con el corazón. Ayùdenme a creer que esto si tiene sentido ya no sentirme cansada de llenar los frisos cada semana , que hoy es el momento porque mañana puede ser tarde.
Hemos cambiado nuestro nombre a lo largo de la historia, fuimos maestros, profesores, asesores y mucho más, pero en esencia perseguimos la misma meta. Y si nos enfriamos, como el vaso de leche en mis manos, calentèmonos que seguimos siendo lo mismo en otras circunstancias:personas y desde el Amor, lo mejor.
Quisiera saber si en algo coincidís conmigo, para no sentirme sola en esta profesión, no salvaremos vidas, si conduciremos corazoncitos a la felicidad, todas perseguimos lo mismo que yo, y ellos nuestros alumnos esperan hoy mucho de nosotros. Como el vaso de leche, tan nutritivo; sabe mejor si es dado con AMOR.
Seño Mara.